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lunes, 19 de diciembre de 2011

DIDÁCTICA DE LA HISTORIA

Realizo un trabajo y me doy cuenta de lo absurdo que fue perder el tiempo en hacer dicho trabajo.
Creo que el actual sistema didáctico, condena a los estudios sociales a su desaparición, pues en lugar de incidir, y hablo de estudios superiores, en la investigación, en la metodología para llevar a cabo una investigación, se reincide en la recitación de hechos, se vuelve a exigir a los alumnos que relaten unos hechos que son expuestos por un profesor, que podría ser sustituido por sus propios apuntes dictados, ya que no muestra nada que no esté en unos discursos escritos.
Este error se muestra en todo su esplendor en los estudios relacionados con la historia, pues uno entra en clase de historia contemporánea y el profesor se dedica a comentar, a narrar un hecho, La Revolución Rusa. ¿Para qué, qué sentido tiene explicar la revolución rusa?
¡Ojo! No estoy diciendo que no se deba conocer la revolución rusa, es más, es obligado tener un profundo conocimiento de lo que supuso ese hecho, sus causas y sus consecuencias y la relación con el contexto espacio-temporal del que surge. Pero ese conocimiento general del hecho, ya se obtuvo en anteriores etapas educativas y para profundizar en el tema no es necesario dedicarle horas de clase a explicar el hecho, como si el alumnado fuera ajeno al hecho, pues de sobra conocido le resulta, groso modo, el hecho en sí. Así pues, al alumnado de centros universitarios le debe bastar con un aporte bibliográfico para entrar en los detalles de los hechos. El profesorado de historia debería de adecuar su didáctica a los tiempos que corren y poner en práctica una didáctica basada en la metodología a seguir para llevar a cabo investigaciones, dejando a un lado ya para siempre la nemotécnica y la compilación; pues ambas se solventan apretando un botón.
¿Cómo se investiga un hecho?
Eso es lo relevante, hacia ahí debe dirigirse el esfuerzo didáctico del profesorado y no en andar explicando hechos y mucho menos perder y hacer perder tiempo al alumnado en realizar tareas que; por poner un ejemplo, incluyan dentro de la elaboración de un trabajo, presentar una síntesis biográfica de un personaje de la historia. ¿Qué sentido tiene hoy realizar una síntesis biográfica en un trabajo para una asignatura? ¿Por qué se exige tal cosa? Como sabéis, dichas síntesis están expuestas al alcance de cualquiera que tenga acceso a internet, es decir, que realizar una tarea como escribir una síntesis biográfica de Lenin, es tan sencillo como teclear y hallar una biografía en internet. Sin embargo, el alumnado corre el riesgo de ser castigado y hasta expulsado de la universidad si copia y pega esa síntesis en un trabajo; pero, ¿por qué no hacerlo? El resultado de la síntesis es idéntico, tal persona nació tal día en tal sitio; obviamente, puedo remodelar el contenido de las proposiciones, nacido tal día en tal sito tal persona; no es otra cosa que la remodelación de un hecho incontrovertible, así pues, ¿por qué se exige aún realizar este tipo de tareas?
La misión del profesorado debería ser ilustrar al alumnado en los procedimientos, en el uso de conceptos, en la búsqueda de fuentes.... en definitiva, en dar un aparataje conceptual al alumno, enseñarle una metodología que le permita llevar a cabo una investigación, de ese modo, lo importante no será la nemotécnica ni la compilación que le posibiliten afirmar que tal persona nació tal día, sino en poner en cuestión dicha afirmación, buscar información y revelar que según tal y tal fuente esa persona no nació tal día en tal sitio. 
Esto último es lo relevante, eso es hacer historia; lo demás está de más.

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