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martes, 27 de septiembre de 2011

¡LA HISTORIA HA MUERTO! CONSECUENCIAS EPISTEMOLÓGICAS DE UN EXPERIMENTO FÍSICO

En USA se ha llevado a cabo un experimento en el que unas partículas llamadas neutrinos han viajado a una velocidad superior a la velocidad de la luz, si bien dicho experimento ha de ser confirmado por el CERN, las consecuencias que se derivan de la supresión de esta constante del universo tiene serias y graves repercusiones; pues nuestra concepción del espacio-tiempo como una unidad, un continuum, se viene abajo. A resultas de este experimento, debemos prepararnos para percibir la inexistencia de un contiuum espacio-temporal, que devenía en la concepción de un tiempo en el que todo ocurría en un pasado que se desplazaba en nuestro presente hacia un futuro; sin embargo, estos neutrinos muestran que existe  una quiebra en el continuum y que el tiempo ya no forma parte intrínseca del espacio en progresión y que por tanto se destruye la visión diacrónica del proceso de fundación y constitución del Universo... La Historia ha dejado de ser única, irrepetible e irreversible. 
¡Historiadores, ¿y ahora qué?!
Si la Historia se define como el estudio diacrónico de los procesos sociales del hombre que han dejado huella en el mundo, ¿cómo vais a justificar la existencia de vuestras Instituciones Inmateriales, de vuestros estudios, si ya no existe la diacronía y todo se ha vuelto sincrónico?
La Historia debe desaparecer del espacio educativo junto con el pasado y dar paso a los sociólogos y antropólogos en el estudio, ya desde y para siempre sincrónico, de los procesos sociales del hombre que dejan huella en el mundo. 

jueves, 22 de septiembre de 2011

LAS REGLAS DEL JUEGO

El marxismo considera que las condiciones materiales definen las condiciones sociales de existencia; lo que en su terminología deriva en la afirmación de que la Superestructura es un reflejo de la Infraestructura. En pocas palabras podemos definir la Infraestructura como la suma de la Fuerzas Productivas y las Relaciones de Producción, siendo la primera un compuesto de: riqueza natural, conocimientos y tecnología, fuerza de trabajo; y la segunda, la relación entre trabajador y medio de producción, así como la relación entre propiedad y medios de producción. En palabras llanas la Infraestructura representa el modo en que trabajamos y nos relacionamos los unos con los otros y con el medio en el que vivimos y la Superestructura sería las creencias y la política que justifica socialmente las condiciones de la Infraestructura.
Una infraestructura concreta genera una Superestructura concreta, la materialidad condiciona la espiritualidad; sin embargo, las aseveraciones marxistas al respecto no parecen dar una respuesta acertada a la vida social, es decir, no queda muy claro ni está demostrado que la Infraestructura condicione la Superestructura; es más, considerando las cosas tal como suceden y no tal y como queremos que suceda, resulta que es la Superestructura la que condiciona la Infraestructura. El modo en que imaginamos vivir es el modo de vida que llevamos, los desajustes que se producen en lo particular son ajustes en lo general.
Pongamos un ejemplo que muestre lo que afirmo, imaginemos un universo compuesto por un grupo de personas que juegan una partida de cartas, a cada cual le tocan unos naipes concretos, la partida se desarrolla en un lugar y tiempo concreto, el conjunto material de la representación es lo que llamamos Infraestructura; la Superestructura son las reglas del juego, pongamos por caso las reglas del juego del póquer. Así pues, ¿el modo en que jugamos determina las reglas del juego o son las reglas del juego las que determinan el modo en que jugamos?

lunes, 19 de septiembre de 2011

ESTULTICIA

El gran Erasmo clamaba contra la estulticia, que vendría a ser la necedad, es decir, la cualidad de necio, lo que podríamos emparentar con la ignorancia que es definida por el DRAE como: falta de ciencia, de letras y noticias, general o particular; así pues, estulticia es equiparable a ignorancia; pero con un énfasis mayor, ya que la estulticia promueve la falacia.
Yo acuso a cierta membresía de historiadores de ser estultos y expandir la estulticia, pues extienden, con inusitado éxito, una red de engaños para recibir por parte del Estado ingentes cantidades de dinero con las que mantener unas Instituciones Inmateriales que no reportan más que engaños. Los llamados por la reciente historiografía, procesualistas, se dedican a inducir a la sociedad a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose para ello de palabras o de obras aparentes o fingidas; dando, pues, a la mentira, apariencia de verdad.
Hay historiadores estultos que ni siquiera reconocen su pertenencia a este grupo de procesualistas que han logrado convencer al Estado de que existen leyes históricas que rigen los procesos históricos, es decir, que de un hecho histórico cualquiera, por ejemplo, el comienzo del patriarcado, se pueden conocer las causas que iniciaron el proceso de institución del patriarcado y observar las consecuencias que provocaron tales causas y que dieron lugar al hecho histórico en sí; todo ello se investiga con la intención de encontrar las leyes históricas que provocan y dirigen la marcha del proceso histórico. El Estado, persuadido por las falacias de los historiadores, les cede graciosamente dinero con el que financiar sus investigaciones, pues considera que del descubrimiento de las tan cacareadas leyes históricas se derivarán beneficios en el control de los procesos históricos; dado que entiende que conociendo dichas leyes históricas, podrá adelantar acontecimientos, fenómenos, hechos o procesos históricos del futuro. 
¡Alabado sea el Señor, los historiadores son futurólogos! 
¿Existen leyes históricas?
La respuesta es no. la historia es única e irrepetible, sin embargo, siempre estamos invadidos por la publicidad y la propaganda que nos habla de ciclos históricos y se nos dice que Napoleón fue derrotado por intentar mantener dos frentes de guerra, que al Kaisser le paso lo mismo, que volvió a ocurrir con Hitler, que todos caían en las redes de la historia; pero esto es irreal, pues cada acontecimiento es único e irrepetible; los historiadores estultos, entiéndase por procesualistas, lo saben, pero mantienen al Estado en la ignorancia, pues solo sirven a sus intereses de clase. 
Entre pillos anda el juego, unos ceden dinero con la pretensión de conocer las leyes históricas y poder así controlar a la sociedad, otros reciben dinero con él que sufragar sus gastos: salarios de profesor, viajes, dietas, becas de investigación, adquisición, en definitiva, de un elevado estatus social; ser historiador reporta éxito, aunque este se consiga por medio de la falacia, provocando y expandiendo la estulticia.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

I´M YOUR MEN

Si buscas un amante,
Haré lo que me pidas;
Y si buscas otra cosa,
Llevaré una máscara para ti.
Si quieres,
Caeré a tus pies y gritaré tu belleza,
Como un verraco en celo, te clavaré mi zuncho y no te soltaré jamás.
Si quieres un amante,
soy tu hombre.
Si quieres otra cosa,
seré una persona.

viernes, 9 de septiembre de 2011

NICOTINE

Nicotine,
Penetras en mí, te adueñas de mí.
Nicotine,
Ansiedad ontológica, ausencia teológica.
Nicotine, Nicotine, Nicotine,
Materia y no forma.
Prueba funesta dichosa,
Nicotine,
De la corporeidad.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LENGUA, LITERATURA E HISTORIA DE GRECIA (A VISTA DE PÁJARO)

Desde el siglo IV a.C. la lengua griega mantiene una unidad estructural basada en la “koiné”, lengua franca en los territorios conquistados por Alejandro Magno, que ha pervivido hasta nuestros días, si bien con el paso del tiempo fue evolucionando; ya que aunque existe una unidad básica a lo largo del tiempo de la lengua griega, durante siglos han convivido dos variedades de la misma lengua, que tienen diferencias en su vocabulario, fonética, morfología y sintaxis. La “dimotikí” representa a la lengua popular, pero coexiste con esta, la lengua culta, que no es hablada por nadie, pero que sí se escribe por muchos. A finales del siglo XVIII, con los nuevos aires de la Ilustración y el surgimiento del sentimiento nacionalista, se plantea la cuestión lingüística. A lo largo del siglo XIX, con la consecución de la victoria en la Guerra de la Independencia y el nacimiento del Estado griego moderno, se planteó qué lengua debía usarse en Grecia. En aquella disputa existían tres corrientes: los defensores de la lengua culta, reivindicando así el glorioso pasado helénico; los defensores de la lengua popular, que consideran que el pueblo constituye la nación y, por último, una variedad surgida en el entorno intelectual, la “katharévusa”, un intento de reunificar ambos usos. Finalmente y tras diversas disquisiciones, en 1976 el Parlamento aprobó que la “dimotikí” se convirtiera en la lengua oficial en las escuelas y en los documentos oficiales. Hoy en Grecia se habla la “dimotikí”, pero está enriquecida por elementos de la “katharévusa” y de la lengua culta.
La evolución de la Lengua tiene una importancia decisiva en la periodización de la literatura griega, porque los diversos usos de la lengua –culta, popular, “katharévusa”– forman hitos, que marcan movimientos literarios. Podemos distinguir, de forma resumida, tres etapas: literatura griega antigua, bizantina o medieval y neohelénica; las dos últimas se consideran un todo indivisible, ya que se admite que la literatura popular bizantina constituye el origen de la literatura neohelénica.
Partiendo del “Digenís Akritas”, poema épico de la segunda mitad del siglo XI, se pueden establecer los siguientes períodos:
Período medieval: del “Digenís Akritas” a la caída de Constantinopla en 1453.
Período renacentista: de 1453 a la caída de Creta en 1669.
Del siglo XVIII hasta la Guerra de la Independencia, período marcado por el desarrollo de la Ilustración y el deseo de crear un Estado griego.
La segunda mitad del siglo XIX viene marcada por los diferentes usos lingüísticos. En el campo de la literatura se distinguen: la Escuela Heptanasiota, que cultiva la tradición cretense y la popular bizantina; en el Estado griego se mantiene la tradición fanariota de época turca; mientras que los poetas escriben en “katharévusa”. La Generación de 1880, representada por Palamás, Psijaris... introduce la “dimotikí” en la literatura culta, fusionando ambas tradiciones.
Tras un período marcado por sucesivas guerras, surge la Generación de los 30, de la que forman parte Elytis y Seferis, que abre un nuevo período cuya influencia aún perdura. El fin de la II Guerra Mundial trajo consigo unos aires de renovación literaria, que se vio influenciada por el existencialismo y la experiencia traumática de la guerra, que desembocó en nuevos movimientos literarios.
El marco histórico que encuadra a la literatura griega de los períodos anteriormente descritos, comienza con la división definitiva del Imperio Romano en dos mitades, Occidente y Oriente. Este último tenía por capital Constantinopla, por lo que ha pasado a la historia con el antiguo nombre de la ciudad, Bizancio, denominándose Imperio Bizantino.
Durante los siglos V-VIII, el Imperio Bizantino se vio sometido a la presión de los pueblos “bárbaros”, pero, al contrario que Roma, no sucumbió ante estos. Logró mantener su pujanza frente a los invasores hasta que en 1204, los componentes de la IV Cruzada saquearon Constantinopla. Tras este duro golpe el Imperio subsistió gracias a su capacidad económica y diplomática, hasta que cayó en manos turcas en 1453.
La dominación turca duró varios siglos y provocó cambios en la sociedad griega; entre otros, se vieron afectados los ámbitos religioso, militar y administrativo. Los turcos garantizaron la libertad del culto cristiano y respetaron al patriarca griego. Hacia 1530 los turcos crearon un cuerpo de élite militar formado por niños cristianos. A cada familia griega se le quitaba el quinto hijo cuando tenía entre seis y siete años, no se les permitía casarse y convivían en una especie de hermandad militar, se les llamaron los jenízaros. En la Administración, los turcos mantuvieron una política que permitía a los griegos acceder a altos cargos como el de “Dragomán”, especie de Ministro de Interior.
A lo largo de los siglos de dominación turca, el pueblo griego recibió ayuda militar extranjera, en especial de genoveses, venecianos y españoles; pero no consiguieron liberarse del yugo turco hasta que, en el siglo XIX, Grecia se convirtió en un escaque más dentro del Gran Juego. Las potencias extranjeras con Rusia, Inglaterra y Francia a la cabeza decidieron desmembrar el Imperio Turco y repartirse sus riquezas. Alentaron el nacionalismo griego, crearon academias para generar un cuadro de mando que pudiera comandar al ejército popular griego, les concedieron una armada... y finalmente en 1821 comenzó la Guerra de Independencia. La intervención extranjera fue decisiva hasta el punto de que los pro-rusos nombraron al Presidente, los pro-ingleses pusieron al frente del ejército a oficiales ingleses y los pro-franceses redactaron la Constitución. Tras la victoria en 1829, Grecia experimentó un período de prosperidad en lo económico, aumentando el comercio y multiplicando su población. Pero siguió manteniendo su inestabilidad política tanto interna como externa, algo que parece ser una constante en la historia griega. Internamente las diferencias políticas llevan al asesinato del Presidente Kapodistrias, lo que conlleva en 1832 la llegada de una monarquía: Luis I de Baviera aceptó el trono para su hijo Otón, cuyo origen evidencia las concesiones a las potencias extranjeras. La política exterior se vio condicionada por la inestabilidad de las fronteras, y Grecia participa en las Guerras Balcánicas con la intención de expansionarse. En la I Guerra Mundial se adhirió al bando de Inglaterra, lo que le benefició en el reparto de las islas del Egeo y otras concesiones. Esta política expansionista tuvo su apogeo en 1922, cuando el rey Constantino ordenó la invasión de Turquía, pero lo hizo sin la venia de los Aliados; obviamente, las tropas griegas fueron derrotadas y Esmirna cayó en manos turcas. Este desastre provocó nuevos cambios en las líneas fronterizas: Grecia perdió Asia Menor, la parte norte del Epiro, Chipre pasó a ser colonia británica y las islas del Dodecaneso permanecieron bajo control italiano.
La inestabilidad fronteriza ha sido una constante sangría de recursos humanos y materiales para Grecia a lo largo de su historia y aún hoy{,} sigue siéndolo. Tras la firma del Tratado de París en 1946, las fronteras quedaron fijadas en Europa y parecía que por fin quedaba resuelto uno de los más graves problemas de Grecia. Pero con la llegada de la dictadura militar en 1967 se produjo una nueva política expansionista, que llevó a la invasión de Chipre por parte griega, hasta entonces en esta isla convivían griegos y turcos amistosamente, Turquía reaccionó invadiendo parte de la isla, que aún está bajo su soberanía. Grecia sigue manteniendo conflictos fronterizos con Turquía, por su obstinación en declarar bajo su soberanía las aguas en torno a sus islas, ampliando su radio de seis a doce millas marítimas, lo que comportaría la conversión del Mar Egeo en un lago griego, algo que Turquía jamás permitirá. También con la desintegración de la antigua República de Yugoslavia en los años noventa, se volvió a vivir una crisis política, que casi acaba en guerra. Por suerte todas estas tensiones fronterizas se ven mitigadas por la pertenencia de Grecia a organismos como La Unión Europea, La OTAN, La ONU, que aplacan los ánimos expansionistas griegos y les ayudan a preservar su democracia.
La política interior del siglo XX en Grecia ha sido muy convulsa, se han intercalado períodos republicanos (1923-35) con monárquicos e incluso con dictadura militar (1967-74). Al poco de finalizar la II Guerra Mundial estalló en Grecia una guerra civil entre pro-comunistas y pro-aliados, y vencieron estos últimos, lo que provocó el exilio de los comunistas griegos. Tras el fin de la dictadura de los Coroneles se reinicia un nuevo período republicano, que traerá consigo políticas de reconciliación nacional, paz y prosperidad. Karamanlís fue un político brillante que tiene en su haber, el suprimir la celebración de la victoria sobre el bando comunista a finales de los 40 en la guerra civil, el permitir y alentar el regreso de los comunistas exiliados y sobre todo su empeño por entrar en la CE, acto que se vio recompensado con la firma del tratado de adhesión en 1981.
La democracia griega gira desde su consolidación en torno a un bipartidismo, Nueva Democracia y PASOK se alternan en el poder. Durante el mandato del PASOK en los 80 se produjeron importantes reformas sociales como la implantación de un sistema
sanitario público o la supresión del delito de adulterio, entre otras.
Sin duda, el mayor peligro para la estabilidad del Estado griego es su precariedad económica-financiera. Las crisis económicas se sufren en mayor medida, dada la escasa capacidad productiva del país. El desempleo y la inflación crecen por encima de la media europea y distorsionan la política, ya que las crisis provocan la entrada de personalidades infructuosas en las organizaciones políticas, es el caso de Mitsotakis, que en los 90 llegó al poder y privatizó el sector público en aras de reducir el déficit.