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martes, 30 de agosto de 2011

TOMÁS MORO, ERASMO DE ROTERDAM Y YO

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños. Cuidaos de vosotros mismos. Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", le perdonarás. Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. El Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido.
Lucas 17, 1-6.
La lectura y reflexión sobre los evangelios ha dado para cuestionar la física y la metafísica, si hombres como Tomás Moro o Erasmo de Roterdam pasaron buena parte de su vida leyéndolos y meditando sobre ellos, no creo que esté demás, que yo haga mi reflexión particular al respecto.
Este pasaje me parece especialmente significativo, el tema del pecado y del perdón del mismo resulta pregnante desde el instante en que comprobamos lo difícil que es perdonar, del latín per y donare, conceder el perdón a una persona sin exigirle nada a cambio es, a ojos vista, un acto que honra a quien lo da, siempre que este dar esté fundamentado, es decir, que el perdón esté justificado. En el caso que se expone en los versículos se nos indica que se ha de perdonar en base al arrepentimiento; pero, ¿hasta qué grado, siete veces siete? ¿Cuándo podemos empezar a exigir responsabilidad por los actos (pecados) cometidos? ¿Es el perdón ilimitado? ¿Es justo perdonar? 
Perdonar es justo, desde el momento en que estamos convencidos de que la persona, que recibe el perdón, merece ser perdonada; sin embargo, dicho perdón carece de fundamento, pues desconocemos la psique humana y no podemos ni confirmar ni desmentir el arrepentimiento del pecador. El problema, entroncando con la siguiente cuestión atrayente del pasaje, es que se perdona por convicción, por fe. Entonces nuestro perdón carece de fundamento, de justificación; y sin embargo, nos sigue pareciendo loable perdonar, así, sin fundamento ni justificación, tan solo por la convicción de que se debe perdonar. ¿Por qué actuamos por convicción, por qué tenemos fe en alguien?
Necesitamos pensar que la gente cambia, que se siente culpable, que se es bueno en sí... Y sobre todas las cosas, necesitamos sentirnos dioses.

lunes, 29 de agosto de 2011

APROXIMACIÓN A LA ANTROPOLOGÍA

La antropología es el estudio de la humanidad, los antropólogos estudian el fenómeno humano en su globalidad por lo que se subdivide en varias ramas que permiten un análisis pormenorizado del fenómeno en su conjunto: antropología social, lingüística, física, arqueología y, quizás la más relevante para la sociedad, la antropología aplicada; todas ellas forman en su conjunto la antropología general.
Antropología Física
La biología, la genética y la evolución… la evolución biológica es la consecuencia de la mutua interacción entre el proceso reproductivo y evolutivo. La reproducción consiste en la mezcla del ADN de los progenitores, en los seres humanos los cromosomas y genes de los padres se mezclan aleatoriamente y generan un nuevo ser humano, un nuevo ADN. La evolución biológica se inicia con los cambios en el ADN de las poblaciones; estos cambios suceden por: la deriva genética, migración, mutación, selección natural y selección sexual.
Genealogía y naturaleza humanas… el homo sapiens comparte con otros primates ciertas características como: manos prensiles, brazos extremadamente móviles, visión estereoscópica y en color, una o dos cría por parto, prolongado periodo de gestación y de dependencia infantil, intensa vida social y un tamaño cerebral grande en relación al cuerpo. Esta serie de características comporta una filiación genética con otros primates, es especial, con los póngidos, pero nos distinguimos como especie en: pies especializados para andar, destreza manual, piernas de gran tamaño en relación al tronco, pelvis con forma de cuenco, curva lumbar, cabeza centrada y pivotante sobre la columna vertebral, cráneo esférico de gran tamaño, mandíbulas de pequeño tamaño con unos caninos muy reducidos y arcada dental parabólica en un rostro ortognato. Otra de las características de los homínidos está en su extremada capacidad sexual, las hembras no tienen periodos de celo ni distintivos que indiquen receptividad sexual (las hembras de chimpancés presentan hinchamiento de sus vulvas); lo que probablemente se deba a que el sexo tiene una función reparadora en cuanto a tensiones dentro del grupo y a que promueva y estreche unos lazos cooperativos íntimamente ligados a la supervivencia de la especie.
Los primeros homínidos… Este capítulo trata sobre la aparición de los ancestros humanos en una secuencia que empezó hace unos cuatro millones de años con el australopithecus ramidus seguido del amanensis, afarensis, boisei (África Oriental), africanus y robustus (Sudáfrica); tras estos aparece el primer homínido, aproximadamente hace unos dos millones y medio de años el Homo habilis surge en África y está considerado como el primer representante de los homínidos, sin embargo no hay una unanimidad de criterio al respecto y siempre existe la posibilidad de que aparezcan nuevos restos que indiquen una mayor antigüedad a los homínidos.
Los orígenes del homo sapiens… el sucesor del Homo habilis fue el Erectus, que se expandió fuera de África, hace unos 1,8 millones de años el Homo erectus poseía unas cualidades físicas semejantes a la del Sapiens, un alto grado de encefalización, que le permitía el dominio del fuego, una gran movilidad, que le permitía migrar y practicar la caza mayor… de hecho el Homo erectus sobrevivió prácticamente sin cambios evolutivos hasta época reciente (el Homo floresiensis es su descendiente directo, sobrevivió hasta hace diez mil años; a modo de especulación y dada su expansión por el área asiática se especula que la creencia tradicional  del Yeti podría deberse al contacto entre el Homo erectus y el Homo sapiens). Lo que está claro, hasta el momento, es que el primer Homo sapiens arcaico surgió hace unos doscientos mil años, siendo una rama más de la evolución de los homínidos a partir del Erectus que se dividió en varias ramas, la más destacada es la vía del Neanderthal que convivió con los Sapiens hasta hace unos treinta y cinco mil años. Las formas anatómicas del Sapiens arcaicos son algo más toscas que las del moderno Sapiens sapiens, además el Sapiens arcaico presenta una escasa capacidad creativa, que es precisamente lo que distingue con mayor nitidez al Sapiens sapiens del Sapiens arcaico, estos últimos desaparecen y dan paso a la nueva rama hace unos cincuenta mil años, momento en el que según los estudios genético del ADN mitocondrial, un grupo único de homínidos modernos, el Homo sapiens sapiens, se expande por todo el planeta gracias a su capacidad para la creatividad, que le permite intensificar su producción cultural y por tanto incrementa sus posibilidades de supervivencia, de hecho barrió del planeta al resto de homínidos con los que convivía, los Neanderthales y los Erectus.  
La raza, la variación humana y las fuerzas de la evolución… las razas no existen, el Homo sapiens sapiens, única especie homínida que puebla el planeta, presenta una estructura polimórfica debido a su adaptabilidad biológica y cultural al medio ambiente.
Lenguaje y Cultura   
La naturaleza de la cultura… La cultura es el compendio de los modos de pensar, sentir y actuar de los miembros de una comunidad concreta que son adquiridos socialmente por cada individuo de la comunidad. La cultura se transmite de una generación a otra y tiende a permanecer homogénea, el proceso de transmisión de cultura de padres a hijos se denomina endoculturación. Sin embargo, las comunidades humanas presentan una gran variabilidad de formas culturales, los cambios que se producen en una cultura concreta, a pesar de la endoculturación, se explican por la capacidad creativa del ser humano y su capacidad para interpretar la realidad por sí mismo. Con todo, dicha variabilidad cultural presenta para los antropólogos un patrón cultural universal que está integrado por tres grandes componentes: infraestructura (modo de producción y reproducción), estructura (economía doméstica y economía política) y superestructura (arte, religión, moral…).
El lenguaje… hace unos cincuenta mil años se produce un despegue cultural en los Sapiens que está asociado a la emergencia del lenguaje, lo que caracteriza al ser humano es la posesión de una herramienta que le permite expresar lo que está presente en el espacio-tiempo y lo que no lo está de un modo comprensible. Existen investigaciones que demuestran que los póngidos pueden aprender signos lingüísticos e incluso comunicarse mediante dichos signos (gestuales); pero su capacidad de asimilación es escasa y comparable a la de un niño de tres años, además carecen de la capacidad de universalización semántica y de otras características como la sintaxis. El lenguaje humano consta de unos fonemas básicos que por mor de la sintaxis se combinan en palabras y frases que se categorizan por medio de la gramática, en tal forma que el número de mensajes que se pueden emitir es infinito y lo que es más importante, un humano entiende y comprende cualquier mensaje que escuche por primera y única vez.
Arqueología y Prehistoria
El paleolítico del Viejo Mundo… El periodo paleolítico constituye el grueso de la historia evolutiva de los homínidos, se subdivide en tres etapas, que están asociadas a modos de cultura diferenciada, el paleolítico inferior se inicia hace unos 2,5 millones de años y se caracteriza porque las poblaciones tenían útiles de tosca tecnología (olduvaiense), aprovechaban la carroña y cazaban y sobre todo recolectaban frutos y semillas. El paleolítico medio comenzó hace unos trescientos mil años y se asocia a la tecnología musteriense, típica del Homo neandethalensis, que permitía la caza de piezas de enorme tamaño como los mamuts. El paleolítico superior comienza hace unos cincuenta mil años y se caracteriza por el despegue cultural de los humanos modernos, estos presentan unas nuevas capacidades creativas y formas tecnológicas diferenciadas, el auriñaciense sustituye al musteriense tan rápidamente como el sapiens sustituye al neanderthal. Los útiles se modifican y adoptan nuevas formas y (aunque siempre estamos a expensas de la localización de nuevos restos) materias como el marfil o las astas de animales. En el paleolítico superior aparece el arte rupestre, que algunos estudios han explicado como resultado de complejas teatralizaciones de rituales que pretendían el regreso de una megafauna que se quería cazar, pero que ya había sido extinguida (dudo mucho de esta interpretación). El periodo paleolítico comenzó hace unos 2,5 millones de años y perduró hasta hace unos doce mil años, de modo que gran parte de lo que somos se debe a lo que hicimos en esta etapa evolutiva.
Del neolítico a la aparición de los estados… Hace aproximadamente quince mil años se produjo un cambio climático que provocó un prolongamiento de la época de estío que favoreció a plantas de ciclo anual como el trigo y la cebada. El que estas plantas silvestres aumentaran en el medio, posibilitó que durante un periodo de unos dos mil años, poblaciones de Oriente Medio pudieran establecer una vida seminómada, es decir, poblaciones que mantenían migraciones dentro de un territorio en el que saben que encontrarán recursos de forma estable según el periodo estacional en el que se encuentren. Poco a poco la agricultura “trashumante” se sedentariza, ya que el hombre interviene en la selección de las plantas que cultiva, del mismo modo que consigue domesticar a los animales que se ven atraídos por los recursos agrícolas, suidos y ovicápridos serán domesticados, pues los seres humanos ya tenían la experiencia previa en la domesticación del perro, compañero fiel en la caza y la protección del grupo, pasó a ser también protector de los rebaños.
La agricultura y la ganadería fijan a las poblaciones, que pasan del nomadismo a la sedentarización, lo que tiene unas consecuencias insospechadas. La primera de estas es que con la agricultura los periodos de crisis alimentaria se reducen, como las mujeres viven fijadas a la aldea, el transporte del infante, que era necesario con la vida nómada, desaparece y la ardua tarea de llevar al hijo a la espalda es sustituida con el aumento de embarazos, lo que provoca un aumento demográfico que incide en la necesidad de conseguir tierras de cultivo con las que alimentar a la población. Aumenta la población, crece la necesidad de aumentar la producción, crece la necesidad de emplear medios colectivos en el trabajo (la construcción de canales de riego requiere el empleo de mucha mano de obra); todo ello incide en la gestación de un incipiente aparato burocracia que coordine las labores. El liderazgo familiar es sustituido por la emergencia de una jefatura que coordine y controle la explotación de las tierras, se empieza el almacenamiento colectivo de alimentos, las entradas y salidas de alimentos son controladas, las incursiones y robos dentro de los almacenes provoca la necesidad de crear milicias para la protección de la aldea de agresores internos y externos. Estas aldeas se aliarán y formarán ciudades y estados.
La segunda tierra… El Nuevo Mundo fue colonizado por Homo sapiens modernos en torno al 11000 a.n.e., muy probablemente poblaciones de Siberia atravesaron el estrecho de Bering, que, debido al descenso del nivel del mar, se podía cruzar. Existen teorías que hablan del uso de embarcaciones e incluso se especula con una colonización de América en fechas próximas al 80000 a.n.e., en todo caso es una cuestión que no se sustenta en pruebas fehacientes. Los pobladores que se expandieron por el continente adoptaron culturas muy diferentes, en el norte y en el área del pacífico, siguieron practicando la caza y recolección, dado que los recursos disponibles no incitaban el desarrollo de una agricultura que permitiera sortear las crisis alimentarias, aún así se establecieron culturas con un aparato político de gran envergadura, como en las poblaciones semínolas de Florida, que a pesar de no practicar la agricultura se constituyeron en consejos tribales con una fuerte jefatura.
En la zona andina se dan los mayores centros agrícolas y por ende estatalizados, el Imperio Inca se constituye tomando como modelo culturas anteriores como la olmeca, que se expandió por la zona mesoamericana.
Infraestructura
Producción… En las culturas nómadas como la de los Kung se observa un modelo de forrajeo óptimo, es decir, la sociedad se organiza en una banda sencilla y móvil que se desplaza, que se detienen a coger solo aquellas especies que aumentan o disminuyen la eficiencia de su esfuerzo de forrajeo; por ejemplo, una semilla escasa, pero rica en proteínas es seleccionada frente a otra que, siendo abundante, posee una carga energética menor; por tanto prefieren dedicar sus esfuerzos a recoger alimentos escasos y energéticos frente a abundantes y faltos de energía. El pastoreo también se da en zonas donde la agricultura produce escasos rendimientos, en general, la agricultura requiere poco esfuerzo y produce beneficios, toda la cultura humana está asociada a la obtención y control de energía, la tecnología se perfecciona para conseguir un mayor rendimiento con un menor gasto energético.
Reproducción… la producción marca el ritmo demográfico y este a su vez incide sobre la producción; por esta razón los agricultores se ven abocados a tener un amplio número de hijos, pues son necesarios en las labores agrícolas, mantenimiento de los asentamientos, construcción de infraestructuras de regadío… en cambio, las poblaciones nómadas tienen un menor número de hijos, ya que las mujeres se ven obligadas a transportarlos; en todo caso, las poblaciones siempre están por debajo del umbral de producción de alimentos y la práctica del infanticidio es más común de lo que se piensa.
Sexualidad humana… Es imposible asignar un modelo natural a las prácticas sexuales, del mismo modo que no se puede elevar a una cultura como modelo natural cultural de los seres humanos. La homosexualidad no es genética, sino que la práctica sexual, aprendida y experimentada, marca una tendencia, que se verá moldeada por la cultura y la sociedad; así pues entre los crows (tribu norteamericana) existe el concepto de “dos espíritus”, hombres que se visten de mujer y ofrecen sus servicios a los guerreros, los cuales se ufanan de mantener relaciones con otro guerrero.
Estructura
La organización económica… Toda sociedad tiene una economía, las personas combinan el trabajo, la tecnología y los recursos naturales para poder producir y distribuir bienes y servicios. El mercado de compra-venta y el uso de moneda en el intercambio de bienes y servicios no es la única forma posible de realizar intercambios; de hecho, la mayor parte de la humanidad se mantuvo ajena al uso de la moneda y su modelo de intercambio se basaba en la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad se da en pequeñas comunidades entre las que los lazos personales priman y la presión que se ejerce sobre los aprovechados por parte de la comunidad, basta para que estos procuren compartir sus recursos; por ejemplo, entre los kung, un cazador que tras pasar el día persiguiendo a una gacela, compartirá la pieza con el resto de la comunidad, su parte será idéntica (¿cómo puede ser el reparto idéntico o proporcional, si las partes del animal son distintas!) a la de los demás. La redistribución implica la centralización de los bienes y el reparto por parte de un redistribuidor, el ejemplo más claro lo ofrece la tribu Kwakiutl y su modelo de redistribución en los potlatches que los redistribuidores ofrecían a la comunidad.
La división social del trabajo, en las sociedades sedentarias, tiene su reverso en la división sexual de las tareas en las sociedades nómadas, los hombres se dedican a cazar y las mujeres cuidan de los hijos (a mayor tecnología, mayor división; ¿cómo seremos dentro de mil años?); un dato curioso es que en las sociedades “modernas” los seres humanos están obligados a trabajar más horas al día para obtener su sustento de las que debe utilizar un ser humano de las sociedades “antiguas”.
La organización doméstica… No es cierto que la familia nuclear (padre-madre-hijos) sea la pauta cultural común; la variabilidad es mayor y su extensión también. Las pautas culturales son tan amplias que se dan matrimonios entre hombre-hombre, mujer-mujer, hombre-mujer y el grado de parentesco entre los cónyuges también es relativo, hay hermanos que se casan e incluso matrimonios entre un hombre y una parte del cuerpo de otro hombre (con el ánimo de adquirir su condición social). Si bien el incesto se da en varias culturas, se constata la prevalencia del matrimonio exógamo, pues reporta ventajas sociales: económicas y biológicas.
Parentesco, residencia y filiación…Este capítula expone la diversidad de formas que adquiere el parentesco e incide en la importancia que tiene su estudio para entrever las relaciones entre los tres niveles estructurales. Existen muchos tipos de parentesco y filiación, el capítulo muestra un gran número de esquemas que hacen referencia a estos tipos (hay que ver los esquemas para hacerse una idea).
Ley, orden y guerra en las sociedades pre estatales… En las sociedades que se organizan en pequeñas bandas y aldeas, la ley se establece sin necesidad de generar cuerpos específicos que se dediquen a crear leyes o mantener un orden, sino que estas son elaboradas y ejecutadas por la comunidad, de hecho, el jefe basa su hegemonía en su intuición para comulgar con el sentir de la comunidad. La guerra no está en la naturaleza humana, hay sociedades en las que nunca se han desplegado ardores bélicos; sin embargo, se constata que en situaciones de escasez de tierras, como en las islas, el estallido de conflictos entre tribus o bandas es frecuente y que este se puede asociar a la consecución de “bienes” como mujeres.
Orígenes y anatomía del Estado… presenta un modelo hipotético de transición que correlaciona tres etapas sociales: cabecilla/banda o aldea autónoma; jefe/jefatura; rey/Estado. Resulta difícil establecer el momento en el que una gran jefatura no es un Estado; pero quizás en el tránsito de banda a jefatura e incipiente Estado podemos observar los cambios que se producen en la sociedad, ya que las élites en este proceso acumulan cada vez más poder económico y militar que les permite diferenciarse del resto de la comunidad hasta el punto en el que en un Estado las desigualdades entre gobernantes y gobernados son mucho más acusadas (este capítulo sugiere que, como decía Weber, el Estado tiene el monopolio de la violencia y sin tal monopolio, no hay Estado; además, sugiere que la acumulación de grano es indispensable para provocar la emergencia del Estado, ergo, acumulación=policía=Estado=desigualdad; pero esto supone que acumular o incrementar la producción conlleva a más desigualdad; por lo que teóricamente para llegar a una sociedad igualitaria se debería de dejar de acumular o incrementar la producción).
Clases y castas… La diferencia de clase tiene como resultado una diferencia a la hora de acceder al poder, así como una profunda diferencia en el estilo de vida. Las profundas desigualdades sociales están sustentadas en la capacidad ideológica de una clase dirigente, que por medio de mensajes construidos ex profeso, anulan la conciencia de clase, desde la infancia se bombardea a través del sistema educativo a los hijos de los obreros y campesinos un modelo social basado en la libertad, en la igualdad de oportunidades y en el progreso individual; pero es un constructo falso argüido para mantener las desigualdades de clase. Las castas son grupos endogámicos, presentan semejanzas con las clases y los grupos étnicos; el ejemplo de sociedad de castas más claro y estudiado es el hindú, una democracia donde subrepticiamente siguen en vigor actitudes de la antigua sociedad de castas, ya que un brahmán no se casará con un paria, por respeto a la tradición de “su casta”.
Etnicidad, raza y racismo…. Los grupos étnicos están presentes en prácticamente todos los Estados, ya que son producto de la emigración, tienen un fuerte componente de cohesión y tratan de diferenciarse de la sociedad en la que se desenvuelven. El fenómeno del racismo deriva de la exacerbada creencia en la pertenencia a un grupo étnico, el cual debe permanecer “puro”, para lo que es inevitable diferenciarse del otro y no mezclarse con él. Esta diferenciación y asunción de una identidad étnica se promueve al minusvalorar a quien se pretende diferenciar del grupo étnico, es decir, no solo se practica un racismo basado en las diferencias anatómicas, como el color de la piel; sino que se desprecia la cultura del otro y se ensalza la propia. Los romanos esclavizaban a los pueblos germánicos, que eran rubios y tenían ojos claros, basándose en la superioridad cultural grecorromana; los europeos esclavizaban a los africanos con la excusa de que estos no eran genuinamente hombres. (Hoy sigue habiendo esclavos, pero parece que ya no es tan importante su liberación; total si el problema no está entre nosotros es que no hay problema (ácido para la conciencia)).
Género y jerarquía… En la mayoría de las sociedades se da una prevalencia jerárquica de los hombres (según el libro el 11% del cuerpo legislativo mundial está compuesto por mujeres, es decir, que el control político está en manos de los hombres. Esto se debe, muy probablemente al uso agrícola del suelo, que requiere cierta fortaleza física para arar los campos y sobre todo a la guerra; los hombres son los encargados de hacer la guerra y esto les da una preeminencia en el poder político (algo que se constata históricamente en Grecia).
Superestructura
Antropología psicológica…  La personalidad del individuo está referenciada a la cultura del grupo en el que el individuo  adquiere su patrón cultural, aquel que modelará su visión del mundo. Lo que resulta curioso dentro de esta correlación es que los individuos acojan como suyas conductas atribuidas a una cultura en su conjunto, es por ello que se habla del carácter japonés, se dice que son callados, laboriosos, respetuosos… y desde fuera, el conjunto de ciudadanos japoneses son juzgados como tales; a pesar de ser conscientes de que individualmente pueden ser parlanchines, vagos, altaneros… lo que revela una profunda huella de la necesidad de cohesión e identidad del grupo, la necesidad de diferenciarse del otro y en lo posible colocarse un peldaño por encima en su personal valoración de una cultura extraña a la de su grupo.
La religión… Lo curioso es que toda sociedad conocida, en la actualidad, presenta algún tipo de manifestación ritual, litúrgica o religiosa. Los seres humanos parecen estar necesitados de una realidad trascendente; aunque probablemente la religión sirvió en los primeros estadios de asentamiento sedentario a generar y mantener a una élite en el poder; de hecho, la alianza entre religión y poder y por tanto con la economía está detrás de tabúes alimentarios como el cerdo o la vaca.
El arte… Al igual que no se dan sociedades sin manifestación de la creencia en lo inmanente, tampoco existen sociedades que no hayan desarrollado algún tipo de manifestación artística; religión y arte son manifestaciones genuinamente humanas, gracias a la universalización semántica, a la capacidad creativa del hombre, el arte y la religión se hacen posibles. Como parte de la superestructura, arte y poder están íntimamente ligados y no existe un poder político que no haya pretendido legitimarse a través de obras artísticas (La Casa Blanca se creó pensando en apabullar a los embajadores europeos, los cuales al ver la magnificencia del complejo arquitectónico estimaban en mucho el poderío político, económico y militar del nuevo Estado emergente tras la revolución americana).
Antropología y vida moderna
Antropología aplicada… Este capítulo revisa las diferentes ramas de los estudios antropológicos desde la arqueología a la antropología médica con la intención de reivindicar su valía y necesidad en un tiempo de fanatismo neoliberal, religioso, racial… que conlleva una generalización de la pobreza material y cultural en el mundo.
        
    
  

martes, 23 de agosto de 2011

¿QUÉ DEBEMOS HACER?

Cualquier exigencia de fundamentar, de una vez por todas, a partir de la constitución eterna del mundo y de los  hombres, un determinado comportamiento como el adecuado y que, por lo tanto, plantee continuamente la pretensión de validez incondicionada está abocada, según Horkheimer, al fracaso. 

Es curioso que siendo los humanos un grupo bastante homogéneo en términos biológicos, seamos tan diferentes en términos culturales. ¿A qué se debe tanta diversidad? La respuesta cuantitativa dirá que las diferencias culturales se deben a diferencias medioambientales que provocan una diversificación del comportamiento, por así decirlo, los comportamientos son ajustes al medio y estos se justifican porque suponen un ahorro energético. Yo me inclino a pensar como Horkheimer, en mi opinión, la historia y la filosofía no han asumido lo irracional en el hombre y hasta que no seamos conscientes de nuestra irracionalidad, jamás podremos llevar a cabo una auténtica exploración del fenómeno humano.

La historia pretende reconstruir el pasado, pero no ha lugar dicha reconstrucción, por muchos datos que se registren resulta imposible averiguar lo sucedido, por no hablar de lo que sucederá, no hay verdad en la historia, en esta todo es una mera construcción imaginaria de lo que pudo ocurrir, pero jamás sabremos las causas y efectos de los actos pasados ni veremos ni predeciremos, por mucha simulación que hagamos, cómo actuará la humanidad y el humano en el futuro. La filosofía que pretende dar una solución única al hecho moral humano, se da de bruces ante la realidad que constata que no existe un comportamiento adecuado, porque este tiene dos vertientes que conviven, de un lado, la racionalidad, que lleva a grupos humanos a cocinar alimentos de la forma más eficiente y de otro lado la irracionalidad, que lleva a grupos humanos a ayunar hasta la muerte.

Esa es nuestra realidad y la que nos impide lograr un acuerdo universal sobre qué debemos hacer. Como seres racionales, actuamos según modelos de acción ecuánimes; pero como seres irracionales, actuamos de forma caótica. Dado que estamos en un punto en el que hemos heredado un sinfín de convenciones, quizá, la respuesta a la pregunta, ¿qué debemos hacer?, deba ser respondida partiendo de este punto, es decir, marquemos como punto 1 este día y pensemos cómo debemos actuar, no miremos atrás ni pensemos en futuribles, simplemente sentémonos a dialogar y lleguemos a un acuerdo sobre qué debemos hacer, sin rémoras del pasado ni lastres del futuro, decidamos aquí y ahora y entre todos nuestro quehacer. 

viernes, 12 de agosto de 2011

EN TORNO AL RITO

El rito, lo sagrado, el símbolo… No hay una definición aceptada unánimemente por todos los estudiosos del fenómeno del rito, pero este libro trata de dar una visión de las diversas formas de entender este fenómeno tan humano.
Rito deriva del latín ritus y este del griego artus que a su vez entronca con la raíz védica rta/arta que alude al orden entre dioses y hombres. Atendiendo a dicha etimología James Frazer, autor de La rama dorada, distinguía cuatro tipos de rito:
1.      Rito simpático, donde interviene la similitud.
2.      Rito animista, donde se personifica el poder del dios o tótem.
3.      Rito de base dinamista, interviene una potencia tipo maná.
4.      Rito de contagio, donde se contagia una cosa a otra.
Todos ellos se combinan de forma diferente: directa, indirecta/positiva, negativamente.
Durkheim asimilaba, por su parte, rito y religión, para él todas las religiones pueden analizarse por su vínculo a estructuras sociales de las que proceden y se desarrollan.
Hay que diferenciar lo profano y lo sagrado: las cosas sagradas son las que protegen y aíslan los tabúes; las profanas son aquellas a las que se aplican los tabúes y que deben permanecer a distancia de las sagradas, de modo que se produce una bipartición del universo cognoscible. Para Durkheim lo puro y lo impuro están conectados por la posible transmutación de una cosa en otra por medio del rito. De este modo distingue entre:
  • Culto negativo o tabú, que es un rito de evitación que prepara al iniciado para entrar en el ámbito de lo sagrado. La ascesis, la abstinencia sexual o alimentaria, se convierten en prohibiciones que introducen al individuo en la vida religiosa.
  • Culto positivo, se asocia a una fiesta periódica, pues la vida religiosa marca la vida social.
  • Rito piacular, es un tipo de rito de duelo, marcado por la expiación, de modo que se caracteriza por infringirse dolor.
Según Durkheim, los ritos, actividades de naturaleza excepcional, tienen como efecto reforzar los sentimientos de pertenencia a una colectividad y de dependencia a un orden moral superior, que rescata al individuo del caos y el desorden; los ritos vinculan el pasado al presente, al individuo con la comunidad. Solo puede haber sociedad cuando exista la necesidad de alimentar y afianzar a intervalos regulares los sentimientos colectivos.
Para Mauss el rito es una acción tradicional eficaz, no por su eficacia como tal, sino por la manera de entender dicha eficacia; esto es lo que diferencia al rito del juego, la fiesta o la costumbre; ya que estos se realizan porque sí, mientras que el rito pretende ejercer una acción sobre determinadas cosas.
Marcy Douglas entiende el rito como un sinónimo de símbolo, siempre el rito (que puede ser un gesto rutinario como bendecir la comida antes de comer) signifique algo diferente de lo que es o se hace.
Dada la diversidad de opiniones, esta autora opta por una definición de rito que trate de acoger en su seno las diversas perspectivas, dando como propuesta la siguiente definición académica: rito es un conjunto de actos formalizados y expresiones dotadas de una dimensión simbólica. El rito se caracteriza por una configuración espacial y temporal específica; por el recurso a una serie de objetos; por unos sistemas de comportamiento y lenguaje específico; por unos signos emblemáticos, cuyo sentido codificado constituye uno de los bienes comunes de un grupo.
En las sociedades modernas las formas rituales siguen teniendo importancia; ya que permiten la expresión de valores y emociones que no encuentran la forma de expresarse en el mundo del trabajo o en el mundo doméstico. Son momentos de desahogo colectivo, en los que se suelen manifestar valores de la virilidad (relacionado con el culto a las armas); como si los hombres necesitasen más ritos que las mujeres.
La cuestión de los ritos de paso… Van Gennep enfatiza la cuestión del tránsito, hay un antes y un después de la realización del rito. Gennep observó un conjunto de manifestaciones sociales que obedecían a un mismo esquema formal, los ritos presentan un esquema que se traspone a lo largo del tiempo; por ejemplo, los rituales calendarios se cristianizan y ritos antiguos como el de la llegada de la primavera evoluciona hacia la Cuaresma, el solsticio de invierno es solapado por la Navidad. La tesis de Gennep es revolucionaria al no aislar los distintos ritos ni clasificarlos como primitivos o negativos, sino entendiéndolos como un ciclo, un tránsito dinámico.
Un episodio ritual consta de tres fases: separación, margen y agregación; por ejemplo, en el matrimonio observamos cómo se distinguen las tres fases: soltería (separación), noviazgo (margen) y conyugal (agregación). Los tránsitos son tan metafóricos como materiales, en ocasiones, el tránsito se manifiesta en el rito por medio del salto, cruzando un umbral o pórtico; estas acciones materializan la metáfora del rito. Tras el rito se produce un cambio en la categoría social, lo que implica, en el caso del matrimonio, un cambio de domicilio. Para Gennep hay ritos que subrayan el tránsito de lo profano a lo sagrado y vuelta a lo profano, constituyendo un ciclo rotativo de tres fases: el ser se ve separado del curso ordinario de las cosas, lleva entonces una existencia marginal y finalmente se reintegra a la vida normal; pero adquiere en el proceso una nueva condición.
Pierre Bourdieu critica a Gennep su obsesión con el cambio temporal y que este no se fijase en la función social del tránsito, que separa no solo un estadio de otro, sino, sobre todo, separa a quienes realizan el rito de quienes nunca lo realizarán; el rito de circuncisión no solo separa a los circuncidados de los que no lo están, sino que separa y excluye a quienes nunca serán circuncidados: las mujeres. El rito sería pues una manifestación del poder de las autoridades que instauran el rito; por lo que el rito no sirve para pasar, sino para instituir, sancionar o santificar el nuevo orden establecido; por esta razón propone que se abandone la acepción de rito de paso y se adopte la de rito de institución. Los ritos asumen la doble función de dotar de nuevas cualidades y separar a unos miembros de otros, con el aval de todo el grupo; pero esto ocurre solamente porque hay un poder que sirve como protector y que impide penetrar a quienes no han sido instituidos por medio del rito.
Si bien Pierre Bourdieu plantea cuestiones interesantes, la autora mantiene la visión de Gennep, presentando su visión sobre los ritos de tránsito asociados a la vida social, empezando por:
  • Bautismo: el niño pasa del mundo profano al religioso, la idea central es conducirlo, mediante la ceremonia del bautismo, del mundo no cristiano al cristiano. La liturgia del bautismo es similar al resto de ritos de paso: parada en el umbral de la iglesia, signo de la cruz, la bendición e imposición de la sal, rito de separación del mundo anterior al nacimiento que elimina la impureza.
  • Matrimonio: acto social muy relevante pues se unen dos familias, el tránsito matrimonial es simbólico, social y material. Para los novios, el matrimonio supone un cambio de estado en su categoría social, el matrimonio marca una frontera que convierte a los novios en adultos con derecho a sexo y casa. La novia además vive el rito como una separación del hogar paterno, con el banquete de boda se produce un encuentro entre las respectivas familias de los novios que ayuda a aliviar las tensiones que provoca el tránsito que supone la marcha de una hija de su hogar paterno, para entrar en la casa del marido como esposa.
  • La muerte: los ritos funerarios, los que asimilan al muerto al mundo de los muertos son los más elaborados y se les atribuye además especial importancia; pues tienen como objetivo permitir que el muerto acceda al descanso eterno, única forma de que los vivos puedan descansar.
La regresión de ritos como el bautismo, matrimonio y funeral se compensa con otros que los sustituyen; pues parece ser que la sociedad está necesitada de ritos, hoy las madres, que dan de lado el bautismo, promueven un rito que se fundamenta en la redacción de un diario vital del recién nacido, “ la primera vez que lloró, comió, sonrió…”. Este diario inserta al recién nacido en el mundo familiar y social.
De las novatadas como iniciación… este capítulo revisa y compara ritos iniciáticos africanos y las novatadas que se dan en los colegios universitarios franceses. En la iniciación africana, tras una muerte simbólica que marca la ruptura con el pasado (la infancia, la ignorancia) los novicios son sometidos a tabúes, pasan a depender de instructores, ya iniciados, los preparan para aumentar su capacidad de aguante, sometiéndose a un código moral riguroso. En la reclusión, al novicio se le revela un saber (mito, lenguaje, costumbre) sobre la sociedad a la que va a incorporarse. La iniciación sirve para matar al estado de indiferenciación y de amorfismo de la infancia para renacer a la masculinidad y la personalidad.
Brigitte Larguèze estudió los ritos de iniciación en las universidades francesas y observó que aparecen unas costumbres: la pérdida de identidad, muerte simbólica y renacimiento; todo ello marca un rito de institución que separa a los que los han vivido de quienes nunca lo harán, son ritos de iniciación a la virilidad, por lo que aparecen contextos militarizados (rapado de cabello), masculinos y obscenos.
Sin embargo estos ritos están en regresión debido a que la condición de adulto ya no se conquista de un plumazo, como antes, el tránsito de infante a adulto se estira indefinidamente, sin que sea posible marcar claramente un antes y un después; ya que el momento en el que se adquiere el derecho a la sexualidad, a la independencia económica y residencial, lo que en general se asimila a la condición de adulto, han dejado de coincidir.
Hombres, deportes, ritos… En las sociedades antiguas las actividades deportivas estaban asociadas a diferentes ritos de paso; en las modernas, estas manifestaciones actúan como válvulas de escape a las rigideces que enfrentan al binomio trabajo/ocio y ayudan a formar la identidad de grupo.
Cazar es una actividad social y simbólica que ayuda a la integración del individuo en el grupo social de los hombres. La función simbólica de la caza no está para reforzar las barreras sociales; sino para franquearlas por medio del rito. La caza contiene en sí los elementos de cualquier rito de paso: separación de la comunidad, vida marginal en la búsqueda de la presa y agregación en el momento de compartir la pieza con el grupo. La camaradería entre el grupo se expresa en un lenguaje sexual crudo, la caza se convierte en un viaje de ida y vuelta entre lo salvaje y lo doméstico.
La enorme aceptación del fútbol como fenómeno de masas se debe a su carga simbólica, que presenta una similitud insospechada con la vida de las sociedades actuales: la división de tareas y la teórica igualdad de oportunidades. El fútbol se caracteriza por la sencillez en su organización y sus reglas; los hinchas se identifican con el club que se asocia a la ciudad. El partido se ritualiza, el campo de juego se convierte en el escenario de una guerra ritualizada, es por ello que este acoge en su seno símbolos y emblemas con calaveras, las aficiones rivales se insultan y se dedican cantos de exaltación al club propio y cantos degradantes al adversario. En el transcurso del encuentro, los hinchas adquieren un lenguaje sexual crudo, el ambiente se impregna de un aire marcial y las mujeres son excluidas del evento. Con la victoria en el terreno de juego (campo de guerra) se desata el sentimiento de grupo y se exterioriza corporalmente las sensaciones, se produce una fase de éxtasis que es tolerado por el poder establecido.
La carrera, el footing, nace en los 60´s como una forma de contracultura urbana, esta se extiende y ritualiza porque representa valores burgueses: combatividad, lucha con uno mismo, voluntad de superación. El corredor es un “practicante”, la carrera colectiva es una “misa” y el calendario de carreras se presenta como un ciclo “pseudoreligioso”.
Lo secular y lo singular: la función comunicativa del rito… Muchas acciones ceremoniales contienen un sentimiento religioso o en relación con lo inmanente, con lo sagrado y debido a las pulsiones emotivas que ponen en funcionamiento, de los comportamientos morfológicos y a la capacidad que poseen estos comportamientos para simbolizar; se consideran a dichas acciones como rituales, con todos los efectos que ello comporta. El rito profano encuentra su lógica en su efectuación y tiene suficiente con su intensidad emocional; el culto al mausoleo de Lenin pertenece al ámbito de lo sagrado, aunque sea una sacralidad impuesta, este culto es sacro, porque la sociedad así lo entiende, asimila y comparte.
En los ritos públicos que corresponden a una afirmación de lo político y que son consustanciales de un poder que debe afirmarse regularmente durante el transcurso de grandes ceremonias; no es posible relegar el ritual al campo de lo tradicional y el espectáculo al campo de la modernidad; rito y ceremonia se interpenetran y es difícil trazar una línea que los separe, prueba de ello es el intento sistemático de los revolucionarios políticos que implantan festividades que legitimen su poder.
El ritual político necesita: un lugar, un tiempo, símbolos, aspecto colectivo, gestos solemnes que despierten la emoción, la creación de un vínculo intergeneracional a través del recuerdo. La ritualización de lo político es consustancial a toda sociedad, ya que en el corazón de todas estas manifestaciones se sitúa una lucha de poder. Ahora es más compleja a causa de los mass media; pero se mantienen las formas festivas asociadas a la función política, dicha función es relevante y evidente, pues permite al grupo superar las divisiones internas en una comunidad que vive escindida en diferentes grupos sociales; así pues, la fiesta, el rito, refuerza el vínculo social entre los diferentes grupos sociales que forman la comunidad.
La sociedad cambia y los ritos se amoldan al cambio; aunque no los veamos, los ritos son menos marginales de lo que se piensa y revelan algunos elementos contemporáneos de interés relativos a la forma en que el individuo se integra en una sociedad que se basa en las solidaridades orgánicas, es decir, solidaridad entre los miembros de una familia, un grupo social, etc.

martes, 9 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

LA ROSA DE LOS VIENTOS

Boreas,
Lo empiezo.
Céfiro,
No lo acabo.
Euro,
Lo quiero.
Favonio,
Lo detesto.
Corus,
Me entusiasmo.
Volturno,
Me desanimo.
Aquilo,
Soy ambicioso.
Ábrego,
Soy indolente.
¡Sopla, empieza a soplar!

viernes, 5 de agosto de 2011

ORDEN CAUSAL

Un disco metálico con un diámetro de 20 milímetros y un grosor de 2, hecho en oro de 24 quilates con un peso de 2 gramos al que se le ha realizado una marca en una de las caras del disco, es insertado en el centro de la base de un cilindro hermético que tiene dos bocas situadas en los centros de sus bases. La boca inferior es conectada a una máquina que actúa como impulsor de un chorro de oxígeno con una fuerza de un kilogramo por centímetro cuadrado; la boca superior está conectada a una máquina que extrae los gases del interior del cilindro hasta crear el vacío.
El cilindro tiene una altura de 20 centímetros y su diámetro es de 5 centímetros; por lo que el disco, al recibir un impulso controlado, girará 360º sobre su eje transversal en el interior del cilindro 8 veces en su elevación y descenso, desde la boca inferior a la superior y regreso al punto de partida, quedando así en el mismo estadio desde el que partió, es decir, mostrará al observador la marca que muestra el disco en una de sus caras.
Este experimento demostrará que un cuerpo en el vacío, que recibe un impulso, gira 360º sobre su eje un número par de veces hasta caer en reposo en el mismo estadio en que partió.
Conecto la máquina extractora, se genera una atmósfera de vacío en el interior del cilindro, conecto la máquina impulsora y el disco comienza su ascenso: un giro, dos giros, tres... se incia el descenso: séptimo giro, octavo giro.
 ¡Tenemos un problema! ¡El disco no muestra la marca que señala una de sus caras! ¡El mundo es imprevisible!

martes, 2 de agosto de 2011

DE DIOSES Y HOMBRES

Los últimos días los he pasado entre cogitaciones, he leído sobre mitografía china, hindú, egipcia, persa y griega; he leído introducciones al judaísmo, al islam y al cristianismo; todo ello buscando una respuesta referida a la cuestión: ¿existen los dioses, Dios? Y he llegado a las siguientes conclusiones.
Hace dos millones de años, más o menos, sucedió un hecho que Kubrik plasmó en su película 2001: Odisea en el espacio; un animal estableció la relación causa-efecto y a partir de ese instante no pudo substraerse a la necesidad de hallar la relación causal en cualesquiera acciones que se le presentaban ante los ojos, esa necesidad le llevo a generar un protolenguaje con el que comunicar a los demás dicha relación, para lo cual, los gestos y voces de alerta fueron precursores de lo que más tarde se convertiría en el nombramiento del mundo, es decir, que el animal se convirtió en hombre al generar una realidad interna que modelaba la realidad externa, creando un mundo metafórico, exógeno a la naturaleza y que convertía a esta en un mundo subyugado, incapaz de autonombrarse que acabó por ser sometido a la implacable capacidad del hombre para nombrar y establecer relaciones de causa y efecto, que promueven el establecimiento de categorías jerárquicas que derivan de la sustantivación del mundo.
El lenguaje, que servía para nombrar al mundo y explicarlo, chocaba con la escasez de conocimientos, por lo que la metaforización del mundo llevó aparejada la generación de unos dioses que explicaban la existencia de este; porque el hombre sentía la necesidad de explicar, justificar la existencia del mundo material, dar contenido causal a los efectos naturales existentes. Hasta donde he podido leer, no hay constancia de la existencia de una sociedad que no haya creado un conjunto de creencias mitológicas o religiosas, lo que me lleva a pensar que la necesidad de hallar la relación causal en el mundo llevó al lenguaje y que este en su afán de explicar dicha relación, frente a la frontera del que hay más allá, llevó a la constitución del orden jerárquico y deífico. Los dioses son la solución stándar a la ignorancia del orden causal.
Así pues, las creencias mitológicas, religiosas o espirituales derivan de la ignorancia del orden causal, conforme la ciencia despoja al hombre de la ignorancia y hace ver a este lo incongruente de sus creencias, como dijo Jenófanes: si los caballos tuviesen dioses, estos tendrían forma de caballo, los hombres nos vemos abocados a redefinirnos como entes emergidos de la naturaleza y a enunciar, o mejor aún, denunciar que esta está exenta de metáforas, es decir, que no hay dioses, ni Dios que justifiquen la existencia del mundo ni explique el orden causal de este; solo así podremos empezar a generar un mundo humano, que establezca un orden universal a su política, entendida esta como la vida en común entre los seres humanos en el mundo.
Solo si sustituimos las creencias por las ciencias podremos construir un modelo vital universal, pues solo rompiendo con las ataduras y convenciones del pasado se puede constituir un orden político que sea asumido por el conjunto de las heterogéneas sociedades que constituyen la humanidad.
No hay más Dios que la ciencia y Comte es su último profeta, ese ha de ser el lema de la humanidad. 

lunes, 1 de agosto de 2011

SIN QUEJA

De nueve a dos de la tarde, no me quejo, me paso la vida enclaustrada en este recinto sagrado que es la conserjería de la Universidad, consumo las horas leyendo el Pronto, Hola y publicaciones sinfín que hacen transcurrir el tiempo sin que la plomiza angustia del nohacer embargue mi alma. Pero no me quejo, me licencié en Humanidades por la Autónoma y en lugar de optar a una plaza de profesora decidí presentarme a conserje, aunque pareciese una disminución en mi estatus, en realidad, la jugada me salió bien y obtuve plaza a la primera, mis compañeros de promoción aún andan buscando plaza.
A mis treinta y cuatro años soy propietaria de un inmueble, tengo un sueldo que me permite vivir holgadamente y lo que es más importante, vivir el ambiente universitario me reconforta con la vida. A diario veo a chicos imberbes que miden metro noventa de alto y calzan buenos zapatos, no sé si me entendéis, pero creedme, no me cambio por nadie. El fin de semana pasado tuve, lo que yo llamaría una experiencia religiosa; Joaquín, un estudiante de tercero de químicas vino a preguntarme por la situación de un despacho, no me extraña porque el edificio es un laberinto micénico, me quedé embobada y no pude evitar dar un suspiro, ante el cual, aquel ángel azul dibujó una pícara sonrisa. En estas situaciones, adopto una postura un tanto infantil y podría decirse que incluso me hago la tonta, pero es la única forma de que los chicos adquieran la confianza suficiente como para tirarme los tejos, porque hasta ahora yo nunca he tenido que hacerlo, aún se me caen los lápices y mi larga melena hace el resto. Joaquín, entre sonrisas y guiños, mostró gran desparpajo y me invitó a salir, el muy borde me dijo que le diera mi número para darme un toque, que él no había logrado memorizar el suyo; una maniobra bastante simple, pero no le pido conejos a un gato.
La cita fue intranscendente, me llevó a ver una película El nacimiento de una nación, un bodrio mudo en blanco y negro; suerte que el chico no se andó con fruslerías y a la salida del McDonald´s aprovechó para meter mano donde debía. Nos plantamos en mi piso y sin protocolarios absurdos sobre plano, nos metimos en el cuarto. Allí demostró las dotes y virtudes que mi buen ojo le habían supuesto, un falo enorme, un cuerpo esbelto y depilado. Me tumbó en la cama y su lengua alcanzo a tocar zonas sensibles que aún estaban por descubrir, lugares ignotos que me excitaron y convirtieron mi boca en vergel irrigado. Sus enormes brazos sostenían mi cuerpo alado, con el frenesí lanzábamos jadeos y espasmos; vuelta y vuelta, adelante, atrás y a un lado y al fin caímos rendidos, arrobados.
No me quejo, no.