“... y aquella (Córdoba) por la fertilidad y amplitud de su campiña, a lo que contribuye en gran medida el río Betis.”
Estrabón, Geografía III, 2, 1
Fuente
Estrabón fue un geógrafo e historiador griego nacido en Amasia, ciudad del Ponto (la actual Amasya, en Turquía) en el siglo I a.n.e. fue un gran viajero que, aprovechando la pax romana, recorrió casi todas las tierras de la ecumene, llegando a Armenia en oriente, hasta Cerdeña en occidente, y desde el Mar Euxino (Mar Negro) en el norte hasta los límites de Etiopía en el sur. Recorrió el Nilo hasta Asuán en una expedición dirigida por Elio Galo, prefecto romano de Egipto.
De él se conservan únicamente algunos fragmentos de su trabajo histórico, sus Memorias históricas, en 43 libros, complemento de la historia del griego Polibio. En cambio sí se recoge casi por completo su magna obra Geographiká (Geografía), la cual se fecha entre los años 29 a.n.e., en que da comienzo su periplo, hasta el año 7. Consta de 17 volúmenes de una descripción detallada del mundo tal como se conoció en la antigüedad y poseen un gran valor, sobre todo como informe, por sus propias y extensas observaciones. Interesa señalar que el tercero de ellos lo dedica a Iberia y lo que en él se dice fue recopilado de otras fuentes, sobre todo de Posidonio, ya que Estrabón nunca estuvo en la Península Ibérica. Como geógrafo descriptivo rechazó la obra de los geógrafos matemáticos como Eratóstenes de Cirene o Hiparco de Nicea por su carácter puramente astronómico o cartográfico. Esto le llevó a una despreocupación por las causas físicas de los fenómenos naturales, centrándose en los aspectos humanos, la historia y los mitos para componer un retrato de las gentes y los países que estudiaba para glorificar y perpetuar la labor imperialista romana.
Contexto
_Marco cronológico: siglo I a.n.e.
_Marco espacial: Provincia Hispania Ulterior Baetica, capital de la provincia Corduba.
_Marco social: dominio romano sobre Hispania.
Ideas principales
1ª Descripción de la situación geográfica de la ciudad de Corduba.
2ª Desarrollo económico fundamentado en la explotación agrícola.
Desarrollo
Poca gente conoce el importante pasado romano de la actual ciudad de Córdoba. Sobre el año 25 a.n.e., en la época de Augusto, la Colonia Patricia Corduba pasa a ser capital de la Provincia Baetica y del Conventus Cordubensis, afianzando la preeminencia que había ostentado durante la época republicana respecto al resto de ciudades de la provincia. Y esto supone un episodio decisivo en el desarrollo urbanístico de la Córdoba romana, configurándose la imagen urbana que perdurará a lo largo de toda la Antigüedad. En este período el recinto amurallado de la ciudad crece hacia el sur, hasta la orilla del río, incrementando así su extensión hasta las 78 ha. Corduba se enriquece de la mano de las nuevas elites coloniales.En la economía agraria de la Bética se desarrolla el régimen de villas rústicas, Estrabón, a comienzos del Imperio, habla ya de la exportación de trigo, aceite y mucho vino de la Turdetania (II, 2, 6). Sin duda, las oligarquías itálicas asentadas en la Bética, así como sus correspondientes indígenas, se cuentan entre los consumidores de este aceite de oliva de mejor calidad, lo que fomenta una diferenciación social creciente. El comportamiento de este producto habría sido, pues, semejante al del vino, con la diferencia de que, desde el siglo I n.e., el aceite hispano comienza a exportarse en grandes cantidades y es apreciado por su excelente calidad. Fueron los itálicos emigrados a fines de la República los motores de estos cambios que comienzan a advertirse unas décadas más tarde. La agricultura bética no era ajena al cultivo de otros productos como la avena y la cebada, de ciclos distintos de crecimiento y fundamentales para la alimentación del ganado o bien como las habas y lentejas que eran habituales en la dieta alimenticia humana, además de casi todos los restantes productos hortícolas actuales (col, berza, lechuga...) que eran cultivados en todo el Mediterráneo.
Así pues, el desarrollo de la romanización de la bética esta ligada a la explotación agrícola del territorio.
Conclusión
A fines de época republicana-inicios del Imperio la ciudad hispanorromana sufre importantes cambios en su fisonomía, que afecta especialmente a los ambientes públicos, como los foros y sus edificios componentes, los santuarios urbanos, los edificios de espectáculos o los edificios termales. En ellos cumplen una función básica el empleo de materiales pétreos, especialmente marmóreos, que siguen los modelos planteados en Roma, especialmente a partir de Augusto. Como es sabido, entonces aparece una panoplia de mármoles de primera línea que, procedentes especialmente de canteras del Mediterráneo oriental se constituyen como canónicos en los programas de monumentalización urbana, especialmente en los ámbitos de la arquitectura, escultura y epigrafía (soportes pétreos). En efecto, en los ámbitos provinciales asimismo se desarrolló un proceso similar, aunque en estos casos el empleo de los mármoles de importación de primera línea se acompañó de forma más amplia por mármoles de origen local o regional, que entonces se ponen en explotación, desarrollándose nuevas técnicas de elaboración y circuitos de comercialización para su uso en las ciudades provinciales.
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