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miércoles, 26 de enero de 2011

SEMBLANZA DE GALILEO GALILEI

En Sarsi discierno la creencia de que en el discurso filosófico se debe defender la opinión de un autor célebre, como si nuestras mentes tuvieran que mantenerse estériles y yermas si no están en consonancia con alguien más. Tal vez piense que la filosofía es un libro de ficción escrito por algún autor, como la Ilíada. Bien, Sarsi, las cosas no son así. La Filosofía está escrita en ese gran libro del universo, que está continuamente abierto ante nosotros para que lo observemos. Pero el libro no puede comprenderse sin que antes aprendamos el lenguaje y alfabeto en que está compuesto. Está escrito en el lenguaje de las matemáticas y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola de sus palabras. Sin ese lenguaje, navegamos en un oscuro laberinto.

En este pasaje de los Discorsi, Galileo muestra cuán punzante y certero podía llegar a ser. En unas pocas frases dilucida todo su pensamiento y muestra el carácter de un hombre del Renacimiento que está impelido a cuestionar no solo las verdades de la tradición, sino también las verdades reveladas. 
Lo primero que llama la atención de Galileo es su capacidad para enfrentarse a la mayoría, lo que refleja un fuerte carácter y grandeza de espíritu, la combinación de ambas virtudes le confieren una gran confianza en sí mismo y en el trabajo que desarrolla. Otros rasgos que le caracterizan son la valentía y la metódica disciplina, defender el heliocentrismo cuando no hacía mucho la Inquisición había condenado a Giordano Bruno a morir en la hoguera, ¡requiere valor! Y qué decir de la disciplina, si él fue quien introdujo la prueba experimental en la concepción del conocimiento científico, lo que comporta la tediosa carga de recopilar los datos experimentales que se suceden en cada una de las pruebas que se realizan, todo ese trabajo queda patente en sus Discorsi. Como queda patente su innegable inteligencia y su capacidad para ver el mundo con otros ojos, por supuesto, tuvo antecesores en su modo de expresarse, su virtud radica en que teniendo acceso a los tratados de Aristóteles y de Euclides, toma a este último como modelo para su marco teórico, lo que revela que su visión del mundo era matemática y no filosófica; antes de él, las investigaciones de Aristóteles preguntaban el “por qué” de un proceso físico; Galileo pregunta el “cómo” de un proceso. Él fue el primero en desarrollar un método experimental, que fundamentado en la matemática, descubría las leyes de la física que rigen los procesos que se dan en la Naturaleza. Una serie de experimentos controlados científicamente es para él una prueba de la legalidad de un fundamento físico, es decir, una ley física es incuestionable e inquebrantable, válida para todo espacio-tiempo, porque se sustenta en la matemática y en la experimentación; así pues, la verdad está en la experiencia y no en la razón.
Esta última aseveración produjo el cisma entre Ciencia e Iglesia, ya que desde Galileo se forja un carácter científico-técnico que nos lleva a observar el mundo con unas lentes que nos obligan a ver con ojos físico-matemáticos con el objeto de descubrir las leyes que rigen la Naturaleza, las cuales pueden y deben ser experimentables para poder y deber afirmar su veracidad; dejando y abandonando la visión que del mundo ofrecía la razón revelada, ya sea de un hombre o de Dios. 
Galileo es un ejemplo a seguir por su: inteligencia, sagacidad, fortaleza de espíritu, disciplina, valentía, capacidad de implementación y sí, también hay que decirlo, por su arrogancia, seguro que se sintió satisfecho y envanecido por la contemplación de su propia obra y sintió cierto menosprecio por la de los demás, ¡que le pregunten a Sarsi a ver qué dice!

EL FÍSICO Y SU NUEVO PENSAMIENTO
Cuando uno piensa en lo que supuso el paso de la Edad Media al Renacimiento, se le vendrá a la memoria diversos acontecimientos políticos, sociales, culturales… La consolidación de las monarquías, los descubrimientos geográficos, el nacimiento del capitalismo mercantil, la reforma protestante y sobre todo recordará obras de arte como: La Basílica de San Pedro, El nacimiento de Venus o La Puerta del Paraíso. Pero serán pocos aquellos que al pensar en este período recuerden a un hombre que verdaderamente cambió sustancialmente la forma de pensar y ver el mundo, Galileo, en sus Discorsi, plantea una ruptura total con la forma de pensar el mundo que hasta entonces había prevalecido, la visión aristotélica apoyada por la Iglesia tenía por objeto el estudio de las cosas corpóreas que portaban dentro de sí la capacidad del cambio, es decir, del movimiento; lo que se adecuaba a su teología de forma extraordinariamente convincente, Dios dotó al hombre de alma y esta es la que provoca el movimiento de su cuerpo. Así pues, la teoría del movimiento de Aristóteles era perfectamente asumible por la Iglesia y además resultaba muy convincente a la luz de los sentidos, pues parece obvio que una piedra cae al suelo antes que una hoja de hierba, del mismo modo que resulta obvio, el que si las cosas se mueven es porque llevan en sí la capacidad de moverse, o eso es lo que se deduce de la observación de la Naturaleza.
El primer cambio de Galileo respecto a Aristóteles es la transformación y manipulación del lenguaje, que ya no es cualitativo sino que es cuantitativo. Galileo adopta un lenguaje y una lógica matemática, de modo que la definición de un proceso es reducida a los términos indispensables para su comprensión, reflejando exactamente el proceso que se describe de tal manera que no se pueda deducir de su definición otra cosa que su descripción. El otro cambio reside en que la observación de la Naturaleza sirve para inferir las leyes inmutables e inquebrantables que rigen los procesos que se dan en ella. De la Naturaleza se extraen los datos, que servirán para el planteamiento de una hipótesis que deberá ser corroborada, y esta es otra de las mayores aportaciones que se han hecho a la ciencia, por la experimentación.
Con Galileo se abandona la metafísica y se entra en la física, ya no se buscará la esencia de las cosas, ni se le atribuirán a la naturaleza constitutiva de las cosas elementos como la capacidad de movimiento; sino que se buscará las leyes físico-matemáticas que rigen los procesos que se dan en la Naturaleza. Esto supuso un cambio radical en la forma de pensar y también, gracias a su planteamiento de corroborar con la experimentación aquello que se había demostrado intelectualmente sobre el papel, se produjo una aportación fundamental a la innovación tecnológica. La necesidad de construir elementos pragmáticos que confirmen una teoría ha llevado a la sociedad a una tecnificación de su vida cotidiana.
Nuestro modo de vida sería inconcebible sin la aportación que Galileo hizo al mundo, con sus Discorsi provocó el hundimiento de la metafísica y el advenimiento de la física, además es un ejemplo que fortalece a quienes pensamos que cualquier hombre que tenga mayor razón que sus prójimos, ya constituye una mayoría de uno.


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